El teniente hermano mayor de la Hermandad del Monte Calvario ha desgranado hoy en el teatro Echegaray la obra realizada por el pintor Pablo Cortés del Pueblo
PRESENTACIÓN
“A mayor Gloria de Dios:
Brotará el sueño de esta ciudad que llega por abril. Brotará el recuerdo, la memoria, la añoranza, el suspiro, el quejido, la llama y la brisa. Brotarán los paisajes, los rumores y las estrellas. Brotará lo que existe y lo que no, lo que está hecho y lo que está por nacer. Brotará mi vida y brotará la muerte para sumergirnos en Tú nuevo amanecer.
Brotará la alegría y brotarás tú, mujer. Por tus calles caminarán la gloria, la pasión y la historia. De los ojos brotará el romero transformado en tus pestañas y tu mirada será diferente. Tus manos se volverán blancos claveles que explotarán en tus dedos, manos abiertas al cambio ¡Que llega el tiempo de caminar siempre de frente! Los lirios surcarán tu pelo, y volarán, como vuela mi alma para enredarse entre tus cabellos, como vuela mi cuerpo para bailar al son del viento, viento que me arrastra hasta tus mejillas en las que ahora florecen rosas y jazmines, azucenas y alelíes.
¡Brotó la belleza! ¡El valle se hizo jardín de oleaje florido! Mar de paniculata, campo de orquídeas que revientan en un sueño de amor que llega cada primavera. Y el corazón. El corazón agarrado en tu pecho por un sinfín de claveles rojos, rojo sangre, rojo vida, rojo de palabras de auxilio, de petición, de gracias, gracias, gracias, de ¡oh bendita ciudad que te plantas ante el Señor!
¡Málaga! Es la hora, el momento, toca preparar el hombro; toca tomar el árbol de la vida y dejar que sus raíces atraviesen todo nuestro cuerpo para así cumplir con la palabra. ¡Málaga, que ya se anuncia, que se destape el espejo! Qué podamos ver el reflejo repetido por los siglos de los siglos, que se grite al infinito de nuevo que ya llega, que ya vuelve, que de nuevo brota, renueva y estalla.
¡Málaga, es tiempo de caminar a tu lado!
¡Haz que florezca mi alma, corazón alado!
¡Haz que sea verde rama, de este jardín pintado!
Autoridades, hermanos mayores, cofrades, amigos todos. Buenas noches.
Permítanme que dedique unas palabras especiales a dos personas.
A Don Pablo Atencia Robledo, Presidente de la Agrupación de Cofradías de Semana Santa de Málaga, amigo. Gracias por haber confiado en mí para versar el cartel de nuestra Semana Santa, y ante tu última cuaresma al frente de la Agrupación, deseo que mantengas el mejor de los recuerdos de esta etapa y puedas haberte sentido satisfecho con tan alta responsabilidad y trabajo. A veces el camino pudo ser difícil, pero bien sabemos los católicos que no existen las cruces sin peso. Con dedicación, amor y fe todos los actos se hacen grandes. Gracias.
Querido amigo Pablo Cortés, nuestro cartelista. Siéntete ya satisfecho, pues el orgullo de ser parte de la historia pictórica de nuestra ciudad debe ser el mayor de los regalos. Me gustaría, antes de empezar a desglosar tus distintas glorias y saberes, transcribirte unas bonitas palabras del Santo Padre Benedicto XVI, que hace unos días retornó a la casa del Padre: “los artistas sois los guardianes de la belleza; gracias a vuestro talento, tenéis la posibilidad de hablar al corazón de la humanidad, de tocar la sensibilidad individual y colectiva, de suscitar sueños y esperanzas (…). Por eso sed agradecidos por los dones recibidos y plenamente conscientes de la gran responsabilidad de comunicar la belleza, de hacer comunicar en la belleza y mediante la belleza”. Discurso a los Artistas, 21 de noviembre de 2009.
Pablo Cortés del Pueblo, almeriense de nacimiento, malagueño por devoción. Pincel joven de nuestra Semana Santa. Músico, diseñador… y de El Rico. Allí es donde empezó todo, en la Parroquia de Santiago. Pablo comenzó a darse a conocer en el mundo cofrade a través de la vocalía de comunicación de su Hermandad.
Los carteles realizados por Pablo son importantes y numerosos. Destacamos el de El Cautivo 2021, el de la Salida Extraordinaria de la Virgen del Gran Poder en 2022, el del 50 Aniversario del Cristo de la Agonía, el del cartel del programa Bajo Palio en la Semana Santa de 2021, el del Día de la Cruz de Alhaurín el Grande de 2022, etcétera. Siendo la totalidad de ellos una muestra pictórica donde el artista incide en el énfasis del color, la metáfora del contorno y el uso del mundo vegetal como perfecto contexto en nuestras fiestas y tradiciones.
Una obra singular fue la realizada para la muestra El Verbo encarnado, una peana de poesía teologal que sirvió de altar efímero para el Señor Redentor del Mundo y que hizo las delicias de curiosos y entendidos. Fue para todos un lujo poder contar con él.
Como diseñador, nuestro cartelista ha realizado la remodelación del proyecto de palio de la Virgen del Amor y la Esperanza, de la Hermandad de los Estudiantes de Almería, el trono del Señor del Rescate de Antequera o la reciente corona de procesión de la Virgen del Amparo de nuestra ciudad. Y como músico, porque nuestro polifacético autor es también compositor de marchas procesionales, ha escrito las partituras de ¨Todo por tu Amor¨ o ¨Maiestas¨, ambas para la Cofradía de el Rico, o ¨Reina de la Cruz Blanca¨ para la Virgen de la Piedad de Antequera.
Nada que objetar pues de la altura artística de Pablo Cortés. Pero, ¿qué pinta este artista? ¿qué son sus obras? ¿qué sueños abarca? ¿qué viento sopla en cada una de sus pinturas?
Málaga será la raíz: sus esquinas y calles, sus recovecos más puros, sus plazas más humildes, las instantáneas de un diario escrito a base de colores saturados, de líneas maestras gruesas, caladas y fuertes. Líneas con coraje, líneas que contornean cada figura como si quisieran expulsar al mismo Dios hacia la calle. Una pintura con carácter.
Una sinfonía de sueños acrílicos, pasteles y óleos. Un violín que va pintando la noche de manera excéntricamente melódica. Un suspiro muy andaluz, de raza. Una pintura que suena, que se oye, qué se hace escuchar, que grita…y susurra. El silencio. Una partitura, al fin y al cabo, de matices, de altos y bajos, de piano piano, de alegro vivaces, de ¡ya se ve el trono a lo lejos! de ¡qué bonita va la Virgen!… de Málaga, pues…. Málaga será la raíz de una personalidad con carácter, de las manos que pintan con encajes y ricas telas cada uno de los pliegues que enmarcan a la Virgen del Amor, porque Ella, como su madre, es la sabia que alimenta cada una de sus pasiones, cada una de sus responsabilidades, cada uno de sus sueños.
Qué bonito es sentirse rama de este hermoso jardín, donde tantos pinceles de altura tienen por lienzo tus historias y monumentos. Lo imposible se hace posible en las manos de un artista, y lo que vamos a contemplar, fruto de las manos de Pablo, es una caricia tan añeja y actual, tan del antes y del ahora, tan soberbia… Ha sido para mi todo un honor ser hoy la rama que acerque a cada uno de vosotros esta bella flor. Un honor por dos razones: la primera por sentirme partícipe de una excelente generación que ama a su ciudad, que siente en primerísima persona como parte de sí misma cada grano de cultura malacitana y que no busca más que expandir y realzar todo aquello que nos haga verdaderos y originales. Y, en segundo lugar, por haber tenido el lujo de presenciar el nacimiento a cada paso de esta idea, de este desvelo de mi amigo Pablo, de sus glorias y pensamientos plasmados sobre madera. Gracias a Dios y a Su Madre por haberme dado este privilegio. De haber visto, haber vivido y haber hecho mía esta pintura y hoy poder comunicarlo.
Málaga, ahora es tu turno, toma el pincel y haz tuyo este mar de color y sentimiento. Abraza al artista en sus recuerdos, toma de la mano su memoria e introduce tus sueños en esta historia coloreada, donde paso a paso, cada uno con su cruz a cuestas, llegaremos hasta la cima del Amor.
Málaga, los lirios que vienen del sur ahora son tuyos. Aprópiate de esta copla. Es tu turno.
Tic… Tac… el tiempo se ha hecho arena que lenta cae por los hombros de esta bendita ciudad que no quiere pensar en el mañana más cercano. No se detiene, porque el tiempo nunca se detiene, pero se ha hecho canción pausada, melosa y sutil. Como la túnica del Señor cuando va llegando, porque pase lo que pase Él siempre va llegando, siempre en camino, y sus claveles, agarrados fuertes en tu pecho, se convierten en pequeñas olas, en pequeños latidos, en pequeños suspiros que suben y bajan al son de los tambores. ¡Ay bendito diapasón de nuestra vida! E inspiras, y aún más te aferras a ese momento que no se para, pero se hace eterno, y vuela la mantilla, y vuela el vestido, y hasta las pestañas vuelan cuando clava fija la mirada en Su mirada, ¿y los claveles? Los claveles siguen latiendo. Latiendo como después lo harán, como ya lo hicieron, como siempre será.
Y un quejío, un quejío metálico, agudo, fuerte… suena una corneta. Me giro. A lo lejos lo veo. Sube al Monte Calvario de mis sueños el Señor de los Pasos, sube que va subiendo, como aquel que iba llegando. Siempre acuestas, siempre cargando. Inspiro. La noche se ha hecho buganvilla, se ha hecho vuelo de golondrina, se ha hecho paloma, risco, lentisco y jara. La noche ha florecido de Rocío y romero, de lirios y jazmines. La noche se ha hecho de nuevo de claveles que laten al compás de la Victoria. Un torbellino de recuerdos ventea mi mente en busca del lugar donde aquella imagen me hizo niño. La gente ríe. Incienso. Acerco mi mano con mi bola de cera a medio hacer. La luz del cirio ilumina mis verdes ojos. Me elevo, se acaba el recuerdo, vuelvo al presente.
¿He vivido ese momento? ¿O está tan vivo este espejo que nos hace protagonistas sin serlo de la memoria de esta ciudad? ¿tienen, Pablo, tus pinceles el poder de haber pintando el tiempo? Porque esta noche tan malagueña pasó, pasa y pasará. La hallamos visto o no, es el pasado y el futuro… e irremediablemente nuestro bendito y florido presente.
¡Qué bonita va la Virgen! Una bulla. Una bulla de capirotes, de gente y de buenos malagueños, que al compás de Ella caminan calle abajo. Suena el campanario del colofón penitencial en estos días. Elevo la mirada y me detengo un instante. Y me asombro mientras mis pupilas escanean cada uno de los matices de la piedra, de las florituras, quicios y salientes. Cada una de las ventanas, de las grietas, cada uno de los signos del paso de los años. Atardece, y aquí rodeado de gente, el ocaso se hace Amor que viene a buscarme. Una explosión de azahar, de algodón, de rosas, orquídeas y alelíes inunda mis pulmones. Cierro los ojos. Lo noto hasta en la boca a que saben tus flores, a que sabe el recuerdo de una caricia de mi madre, a que sabe el mirar tu corona y entre abrir los labios. Maravillado ante el fulgor del oro y la plata, los bordados bailan sobre tu efigie Madre. La luz chasquea los dedos de este incesante baile de máscaras donde Tu eres la única, Reina del Amor, que se muestra limpia, inmaculada, original, cual flor que acaba de brotar entre la hierba, cual amapola entre el verdor de nuestros campos. ¿Cómo se mira al Amor enamorado, que a este corazón disloca y que late al mismo tiempo que el imperceptible tintineo de tus manos?
Vuelvo a la bulla. Me reconocen. Los reconozco. La calle Císter se ha convertido en vergel de la cultura y el arte. Fernando Prini, Francisco Naranjo y José Antonio Jiménez, junto a otros artistas y personas, caminan junto a la Madre. Fernando Ceballos mira a su Virgen. Jesús Frías no la pierde de vista, pendiente en todo momento de que todo esté perfecto, como de forma perfecta se encargó de que vivo quedara su legado. Al milímetro. Y Jesús Castellanos, que también acompaña, susurra un rezo continuo. Porque yo lo sé. Él iba siempre con el runrún de Dios y su Madre, de los de arriba y los de abajo, de los demás. Asoma un micro. Y el corazón sintoniza la emisora del pasado. O quizás conecte con la aplicación del futuro. Cuán grande es este suspiro de siete días que de nuevo revuelve el torbellino del tiempo, con lo que fue y lo que será, con lo que hoy es, que estará también siendo mañana, y cambiará para que nada cambie, y el salto será eterno en tan solo un instante. Una línea del tiempo fija, como un punto en un folio en blanco. Como las lágrimas de la Santísima Virgen, que siempre están cayendo. El tiempo.
Málaga, brota el jardín de nuestros sueños, brota lo brotado y que volverá a brotar; ay de esta bendita copla que son tus calles en primavera. Málaga, niña y mujer, anciana que te haces bebé en los brazos del Padre. Que te acunan las olas cada tarde, que te sacan a bailar las estrellas cada noche de abril al ritmo de cornetines, clarinetes y flautas. Málaga que te vuelves blanco azahar, delicada paniculata y fuerte corcho para simular el teatro glorioso del pasado más presente, del futuro más lejano, del chasquido del tiempo, del paso de las horas.
Florece Málaga en mi pecho a cada instante, haz de mi reflejo en este lienzo de los recuerdos foto constante de mi vida. De mi vida y de la tuya. De nuestra vida, que cada primavera se hace inspiración infinita, mirada eterna, aroma en nuestros sueños… por los siglos de los siglos, porque Málaga brotará de lirios, gracias a ti Pablo, en este sur que es nuestra vida, en este sur iluminado que es el principio y fin de todas las bellezas. Porque Málaga…
Florece en Ti mi alma como un corazón alado,
y es tiempo de caminar tranquilo y a tu lado,
cruz a cuestas compañera, cargando así mis pecados,
que el camino, aunque es eterno se hará menos pesado.
No tengo miedo de ser memoria de este verso reflejado,
pues no es un cartel cualquiera lo que se muestra pintado
sino un desliz de mis recuerdos que quiere ser rememorado.
Florece en tí mi alma como un corazón alado,
¡Qué no hay más pena que aquello que se ha olvidado,
ni más alegría que saber que de nuevo será encontrado!
¡Málaga, se del jardín la rama que en Su mano se hace cayado,
porque el Señor busca el Trono que en tus calles se ha alzado!
¡Que ya viene! ¡Ya se acerca! ¡ya tiemblan los campos de nardo!
Florezcan en Tí, los sueños. Despiértanos del letargo.
A tí camino, Dios mío, en este jardín creado.
¡Muchas gracias!”.
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