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ITINERARIO 5: ALCAZABILLA – 4º Hito: El Císter (Abadía de Santa Ana)

10 Hitos y 1 extensión con 2 enclaves

4º El Císter (Abadía de Santa Ana)

Tiene su origen con el primitivo Convento de Recoletas Bernardas de Santa Ana, fundado en 1604 junto a la Iglesia de San Juan (C/ Cinco Bolas), a fin de atender a mujeres “licenciosas y arrepentidas”, según dispuso el obispo Luís García de Haro. Después de varias controversias internas sobre dedicación a la vida de oración o a la de servicio, no sería hasta 1617 cuando las monjas se trasladaron a unas casas de la desaparecida plazuela del Conde, la cual era un ensanche en la actual calle Císter. Con el tiempo surgieron diferencias entre las religiosas, desembocando en 1650 la separación de la institución en dos comunidades distintas. Unas monjas pasaron a integrar el nuevo monasterio de la Encarnación (C/ Compañía y luego C/ Beatas), mientras que otras permanecieron en el convento del Císter. En este último enclave, en 1671, Luis de Valdés, beneficiado de la parroquia de Los Mártires, se comprometió a sufragar la construcción de una nueva iglesia, concluyéndose en 1679. En ese mismo año ingresaron en la clausura cisterciense Claudia y Andrea, hijas del escultor Pedro de Mena, que vivían en la calle Afligidos, justo enfrente de la abadía y que dispuso que su cuerpo fuera enterrado a la entrada de su templo. Del primitivo edificio conventual apenas se conocen datos, salvo que limitaba con las calles Císter, Pedro de Toledo y Rebanadillas (actual Marques de Moya) y que fue demolido en 1873 durante la I República. Posteriormente las monjas llegaron a un acuerdo con el tratante Antonio Campos, que había comprado los solares resultantes del derribo y en ellos mismos reedificaron el convento en la parte interior de la parcela original. Con la nueva construcción, efectuada en 1878, se trazó el actual pasaje de la calle Abadía de Santa Ana, siendo el arquitecto Jerónimo Cuervo. De esta época data la portada de la actual iglesia, en cuya hornacina fue recolocada la imagen de Santa Ana con la Virgen niña, de barro cocido, atribuida al escultor Juan Cháez. El interior consta de una sola nave de planta rectangular, rematada por un ábside semicircular de austeridad monacal y de reducidas dimensiones.  En 1931 el Císter fue uno de los pocos edificios que no fue incendiado, pero en 1936 si sufrió las consecuencias de la guerra civil. En diciembre de 2009 la escasez de vocaciones religiosas determinó el cierre del convento, siendo trasladadas sus pertenencias al monasterio cisterciense de Santo Domingo de la Calzada, en La Rioja. Poco tiempo después, el museo barroco que años antes se había acondicionado en la abadía fue igualmente clausurado por falta de respaldo de las instituciones locales y autonómicas. Desde el 25 enero de 2014 en el histórico templo tiene su sede canónica la Real Hermandad del Santo Sepulcro, estando también al culto la imagen del Cristo del Gran Amor y Esperanza (Luis Álvarez Duarte, 1978), el Cristo del Despedimiento (Fernández de Mora, 1638) y una Virgen Dolorosa (Antonio Asensio de la Cerda, siglo XVIII). También se exponen los óleos “Santísima Trinidad” (Luis Bono) y “Traslado del Cristo Yacente” (Anónimo, siglo XIX), dos esculturas de San Benito y San Bernardo y otra de Santa Ana, así como una “Sagrada Familia” pintada (Anónimo, siglo XIX).

 

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Corporacion nazarena establecida: 

Hermandad de Ntro. Padre Jesús del Santo Sepulcro y Ntra. Señora de la Soledad

Tiene sus orígenes en 1893-1984, en el Santuario de Santa María de la Victoria, haciendo la primera salida procesional en 1898 con una pequeña efigie de un cristo yacente, al cual se le rendía gran veneración, siendo robada en 1916 sin que jamás se volviera a saber nada de ella. En 1899 se incorporó la advocación de Nuestra Señora de la Soledad con una imagen del siglo XVIII, que posteriormente sería sustituida por una dolorosa anónima (siglo XIX) que fue destruida en 1936, al igual que la imagen del yacente de por entonces (Olot, 1917). Determinante en su constitución fueron los apoyos que destacados miembros de la burguesía local, como Álvarez Net o el Marqués de Larios, dieron desde un primer momento para recuperar tras casi un siglo de ausencia la escenografía del entierro en Málaga. Desde un primer momento la corporación estuvo ligada al Ayuntamiento, tanto por acudir una representación al cortejo procesional como por ser acreedora de una subvención municipal. Con semejantes vínculos y sin haber recibido nunca un nombramiento específico, la nueva hermandad se convirtió por uso y costumbre en la cofradía oficial de Málaga. Durante la segunda y tercera década del siglo XX ya era una de las corporaciones señeras de nuestra Semana Santa, desfilando en la procesión el pendón de la ciudad bajo mazas, presencia que en la actualidad se mantiene en la comitiva, siendo portado por el concejal más joven del Ayuntamiento.  En 1921 fue cofundadora de la Agrupación de Cofradías. La guerra civil supuso la práctica destrucción del patrimonio de la corporación, salvo la parte inferior del valioso catafalco procesional. En 1938, una nueva imagen del cristo yacente (Nicolás Prados López, Granada) y la dolorosa de Servitas fueron procesionadas de manera común en la jornada del Viernes Santo. Al año siguiente se incorporó la actual de Nuestra Señora de la Soledad, obra del escultor malagueño afincado en Sevilla, José Merino Román, quien la había tallado para la cofradía hispalense de la Hiniesta y que luego fue rechazada por no tener parecido a la imagen que los cofrades sevillanos pretendían. Meses después fue adquirida esta misma Virgen por la hermandad de los Gitanos, también de Sevilla, y tras la Semana Santa de 1935 fue devuelta a su autor sin más. En 1938 fue comprada finalmente por la corporación malagueña, siendo procesionada un año después en el antiguo trono gótico-tardío, el cual no había sufrido daño alguno en los sucesos de 1936. Terminada la guerra civil, en 1943 la Armada Española fue nombrada hermano mayor honorario y desde aquellos años de la posguerra hasta la actualidad siempre viene estando representado el Jefe del Estado en el cortejo. En 1967 la hermandad cambia de sede canónica, trasladándose desde el Santuario de la Victoria a la Iglesia de los Mártires. En 1976 es nombrado, siendo Príncipe, D. Juan Carlos I, Hermano Mayor Honorario, siendo representado siempre en el cortejo por algún alto militar de los tres ejércitos, situación que continua en la actualidad con S.M. Felipe VI. Dado el rico patrimonio artístico, especialmente pictórico (40 estandartes pintados), que posee la cofradía, en 1982 se incorporó la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo como hermano mayor honorario. En enero de 2014 la hermandad fija su actual sede a la Abadía del Cister. La corporación procesiona el Viernes Santo, el Cristo en uno de los catafalcos más impresionantes de la Semana Santa española (diseño de Moreno Carbonero y ejecutado en los Talleres Granda, Madrid, 1927) y la Virgen en un trono de orfebrería plateada (Seco Velasco, Sevilla, 1950) y ricos bordados (el manto por las Madres Adoratrices en 1922 y el palio por Fernández y Enriquez sobre malla).

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EL CÍSTER (Abadía de Santa Ana)

Dirección

Calle Císter, 13 (Calle Abadía de Santa Ana). Centro Histórico. 29015 Málaga.

Contacto

Visitas

De lunes a viernes de 10:00 a 13:30 y de 18:00 a 20:00, sábados de 10:00 a 13:30.

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