La Agrupación de Cofradías celebra su Vía Crucis de Cuaresma con el Señor de la Cena como protagonista

El Vía Crucis de la Agrupación de Cofradías estuvo inspirado en la Bula del Papa Francisco y se desarrolló en una ceremonia de gran solemnidad. 

En el primer viernes de Cuaresma marcado por cielos grises y amenazas de lluvia, el Señor de la Sagrada Cena protagonizó un Vía Crucis cargado de simbolismo en el marco del Año Jubilar. La Imagen, recorrió las calles del centro de Málaga hasta la Catedral, convirtiéndose en un faro de esperanza para los cofrades malagueños.

A las 19:00 horas, la procesión partió desde la iglesia de San Julián. Sobre su trono de traslado, el Señor de la Cena avanzó en un cortejo sobrio y solemne. Cuatro faroles de la Cofradía de Fusionadas iluminaban la imagen, rodeada por un monte de claveles morados y ánforas con la misma flor, en un conjunto que evocaba la penitencia y la reflexión propia del tiempo cuaresmal.

El recorrido estuvo marcado por la presencia de numerosos hermanos de la cofradía con cirios, así como por representantes de la Agrupación de Cofradías, encabezados por su presidente, José Carlos Garín y los cinco vicepresidentes. La procesión discurrió por calles del centro como Comedias, Santa Lucía y Granada, donde el bullicio se apagaba progresivamente para dar paso a un respetuoso silencio al paso de la Imagen camino de la Catedral.

A las 20:00 horas, tal como estaba previsto, el cortejo llegó a la Puerta de las Cadenas de la Catedral. Allí aguardaban el deán, José Ferrary, pregonero de la Semana Santa de este año, y el obispo de Málaga, Jesús Catalá, quien recibió la Imagen con gran solemnidad.

Este Vía Crucis tuvo un significado especial al estar enmarcado en el Año Jubilar. Las meditaciones de las catorce estaciones se inspiraron en la Bula Spes non confundit del Papa Francisco, reflexionando sobre la esperanza en los momentos más trascendentales de la Pasión de Cristo. A lo largo del recorrido por las naves de la Catedral, los textos fueron leídos desde el altar mayor por diferentes Hermanos Mayores así como el director del Comedor Santo Domingo, Damián Lampérez, invitando a la oración y el recogimiento.

Tras la oración final, el obispo Catalá recordó a los fieles que este acto les otorgaba la indulgencia plenaria, siempre que cumplieran con los requisitos habituales: confesión, comunión y oración por el Papa. Además, destacó que la Hermandad de la Sagrada Cena celebra este año el centenario de su primera salida procesional, un hito que refuerza su compromiso con la fe y la tradición.

El regreso del Señor de la Cena a su sede canónica en Santo Domingo estuvo marcado por la gran expectación del público y por el acompañamiento musical del Señor con la Agrupación Musical de la Estrella de Dos Hermanas de Sevilla. Con una cuidada selección musical, se interpretaron catorce marchas, una por cada estación del Vía Crucis, destacando piezas emblemáticas como Reo de Muerte y Cerca de ti.

El momento más emotivo se vivió en la salida de la Catedral, cuando una saeta rompió el silencio antes de que los músicos interpretaran los primeros compases de La Misión, de Ennio Morricone. Sin embargo, la amenaza de lluvia obligó a acortar el repertorio y acelerar el paso, asegurando que la imagen regresara sin contratiempos a Santo Domingo.

Con este acto, los cofrades de la ciudad encabezados por la Agrupación de Cofradías daban un paso más en su camino hacia la celebración del Jubileo, reafirmando la importancia de la fe como pilar fundamental de la vida cofrade.

Compartir