En la nueva sesión, que llevó por título “La doctrina de Jesucristo a través de la Pasión”, los ponentes analizaron distintos elementos mediante enfoques históricos, científicos y artísticos
MÁLAGA, 24 DE SEPTIEMBRE DE 2021.- La primera de las mesas redondas, titulada “La evangelización a través de los personajes secundarios de la Pasión”, estuvo moderada por Paloma Saborido, presidenta del comité científico del Congreso. Emilio López Navas, doctor en Teología Bíblica y profesor en CESET San Pablo Málaga, presentó una “Aproximación al contexto histórico de la Pasión”, detallando cuáles fueron los condicionantes vigentes durante la vida de Jesús. Expuso el diferente trato que los testimonios bíblicos ofrecen, en contraposición de los extrabíblicos, sobre Poncio Pilato. Analizó la situación política que rodeó el contexto de la Pasión y detalló cuáles fueron las tribus y pueblos que estaban presentes en los primeros años del siglo I.
Por su parte, Carlos Gil Albiol, profesor titular de Nuevo Testamento de la Universidad de Deusto, ofreció un “Análisis histórico-teológico de los personajes secundarios de la Pasión”. Mencionó previamente el concierto ofrecido por la banda de música de la Esperanza durante la primera jornada del congreso: “Todavía estoy sobrecogido por cómo la música es capaz de transmitir la Pasión”, afirmó.
Definió la relación entre la historia y la teología, un relato ligado a través de la trama, que incluye datos interpretados de manera distinta: “No todo lo que ocurre en la Pasión es histórico. No es una crónica, sino una interpretación de los hechos teológicos. Cada evangelio incluye una presentación global con divergencias en multitud de detalles. El evangelio de Marcos, el más antiguo, es una historia teológica, compuesta por una trama reconocible, con personajes, nudo, desenlace y contenido teológico”.
Subrayó el papel que juega el centurión a los pies de la cruz, relatado en este evangelio, que tiene una presencia “brevísima en la que aparece y desaparece”: “Verdaderamente este es el hijo de Dios. Se trata de un relato con una fuerza impresionante. El evangelista espera que el lector capte algo fundamental sobre la cruz, incluyendo en labios del romano una confesión tan breve como compleja, aunque no exenta de ambigüedades. El hecho de morir es lo que le lleva al centurión a intervenir”, explicó.
Expuso otros detalles significativos de la Pasión en los evangelios: la precisión a la hora de incluir humillaciones en la escena de la condena o el matiz entre la luz y las tinieblas en la muerte: “Es un contraste intencionado. Parece sugerir que lo que se contempla es, más que un hecho histórico, un hecho teológico en el que la luz desaparece tras la oscuridad”.
También se refirió a las últimas palabras de Jesús en la cruz, un grito de abandono: “Dios mío, Dios mío, por qué me has abandonado”. Este grito, pronunciado en arameo, es entendido por los soldados como la “derrota total”. No es sino una prueba más de que la muerte fue “vergonzosa y humillante”. Las autoridades habían ejercido su poder para humillar a un líder judío. Sin embargo, no es la única interpretación. El texto dice que el centurión ve morir a Jesús y afirma que este hombre es el Hijo de Dios. Es la confesión cristológica más importante del evangelio de Marcos. No añade contenido nuevo, pero sí es importante el lugar en el que ocurre. Hace que el lector se pregunte ¿qué ha visto el centurión para decir eso?”, concluyó.
Elisa Estévez López, profesora titular de Sagrada Escritura de la Universidad de Comillas, basó su intervención en “El protagonismo de las mujeres en los relatos de la Pasión”. Puso de relieve quiénes fueron, de qué manera estuvieron presente y la significación que los evangelios hacen de su papel: “Su labor fue determinante, porque le da identidad a la comunidad cristiana. En el credo confesamos nuestra creencia en Jesucristo crucificado, muerte y sepultado. Ellas fueron las participaron en este proceso”.
Estas mujeres aparecen identificadas con su nombre, y no quedaron relevadas al anonimato: “Fueron testigo de unos hechos extraordinarios. Su testimonio, narrado una y otra, probablemente por ellas misas, fue reconocido con autoridad para garantizar y proteger el desarrollo de la tradición”.
Analizó el carácter de las discípulas, basado en el seguimiento y el servicio. Sin embargo, los evangelios no siempre incluyen a las mujeres en tareas de liderazgo: “Lucas prefiere evitar el término técnico de “seguimiento”. Opta por otros conceptos, lo que quiere decir que quiere invisibilizar a las mujeres en aquella tarea. Este evangelista es el que más mujeres incluye, pero el que “peor” las trata. ¿Cuál es la razón de ese tratamiento ambiguo? La pone como discípulas pero las elimina de las funciones de liderazgo. Se produce en cierto momento una masculinización de ese servicio”, defendió.
Incidió en el papel de la mujer ante el anuncio de la Resurrección de Cristo, siendo las primeras en conocer la noticia: “Estas mujeres nos siguen adentrando a seguir a Jesús y a creer en Él”, finalizó.
Juan Antonio Sánchez López, catedrático de Historia del Arte de la Universidad de Málaga, presentó la “Cuestión de carácter: Los personajes secundarios de la Pasión y los códigos iconográficos de la escultura procesional”. Mostró cómo funcionan estos elementos de representaciones, a través de piezas históricas y contemporáneas, conjugando elementos procedentes de distintas Semanas Santas de otras partes del mundo, demostrando que existe una “globalización e internacionalidad” en el uso de estos códigos.
En su intervención, Sánchez López también comentó la diferencia entre iconografía arquetípica y la antropológica. La primera de ellas, basada en el relato de la Pasión, se proyecta sobre el gran protagonista de la Historia: Cristo. Utiliza fórmulas para la construcción visual de un personaje clave, presentado de un modo icónico e invariable porque “tiene que ser identificado”: “Hay elementos comunes pero con cambios estilísticos, adaptando cada época los prototipos a los gustos del momento”.
La iconografía antropológica o tipológica presenta elementos claves como el idealismo (propósito de embellecer), realismo o naturalismo (transcripción de lo que se ve) y el expresionismo (distorsión de la realidad, forzando las claves de la belleza en dirección contraria, algo capital para identificar a los “malos”): “Las mujeres son las grandes privilegiadas del evangelio, y así las trata y reconoce la iconografía procesional”. Por último, comentó la evolución de los criterios de representación a lo largo de la historia.
La segunda de las mesas redondas llevó por título “La evangelización a través del sacrificio físico de Cristo en la Pasión” y estuvo moderada por José Carlos Garín, vicepresidente primero de la Agrupación de Cofradías. José María Ribas Alba, profesor titular de Derecho Romano de la Universidad de Sevilla, proyectó un “Análisis jurídico del Proceso judicial a Cristo”. Comenzó desarrollando la ley (romana y judía) en aquella época, destacando el papel que jugaba el imperio en lo que a impuestos, control de tributo y orden social respecta. Hizo un recorrido histórico por las dos fases penales a las que fue sometido Cristo antes de ser ejecutado, explicando la “naturaleza de los delitos” y la visión de algunos historiadores al respecto de las mismas.
Alfonso Sánchez Hermosilla, profesor de Medicina Forense de la UCAM y miembro del comité científico del Centro Internacional de Sindonología de Turín, intervino para desarrollar una “Aproximación médico-forense al martirio y muerte de Cristo”, algo “complicado porque el escenario está contaminado”, pero “contamos con varias pruebas, como el sudario de Oviedo y la síndone de Turín”.
A través de los restos en ambos textiles, profundizó en las heridas que se habían quedado impregnadas, refiriéndose a “la cantidad de lesiones” grabadas procedentes de la cara, con más de 50 puntos sangrantes y definiendo cada uno de los restos que hay en la Sábana Santa: “En este lienzo encontramos cosas que no están en los evangelios pero que son creíbles, como los arrancamientos de mechones en pelo y barba”.
El número de impactos, más de 140, las características de la corona, o las consecuencias de la flagelación explican la muerte de Cristo. También comentó que no se encuentran daños óseos y que la lanzada es la única lesión que se produjo cuando el hombre murió. Además, describió cómo, después del fallecimiento, el cadáver fue manipulado para su amortajamiento.
Paolo Di Lazzaro, investigador principal del Centro de Investigación ENEA y subdirector del Centro Internazionale di Studi sulla Sindone, habló de “El hombre de la Sábana Santa. Certezas y líneas de investigación”. Resumió en 30 minutos 120 años de investigación, anunciando que la “la imagen de la Sábana Santa es única”: “No conocemos otras imágenes con estas características. La ciencia ha demostrado que no es fruto de un artista, aunque a lo largo de la historia ha habido intentos de reproducir el lienzo sin éxito”.
Asimismo, detalló las diferentes investigaciones que se habían llevado a cabo en cuanto al tejido, demostrando la imposibilidad de que fuera pintada. Expuso desde una perspectiva científica el papel que jugó el carbono 14, con el estudio de 1988 en el que se concluyó que la fecha de origen oscilaba entre 1260 y 1390: “Tuvo un eco mundial anunciando que era falsa”. Sin embargo, estos resultados dados por bueno, acabaron reflejando carencias, basadas en la falta de datos homogéneos, con técnicas poco precisas y algunas muestras que quedaron sin examinar: “En consecuencia, aquellos resultados no son válidos, ya que hay una diferencia sistemática entre los trozos que sigue un patrón común. No se conoce la edad de la Sábana Santa (…). Hasta hoy, a pesar de los muchos intentos, no ha sido posible crear una imagen similar, utilizando la tecnología disponible en la Edad Media y a día de hoy. La ciencia tiene sus límites; no sabemos la edad de la tela, ni cómo se formó. Sabemos lo que no es, pero no podemos decir qué es. Esto nos recuerdas las palabras de san Juan Pablo II: “La Sábana Santa es un desafío ante nuestra inteligencia”. Finalmente se presentaron las comunicaciones de los ponentes.